Queridas amigas y queridos amigos,
Quisiera en estas pocas líneas compartir con ustedes mi gratitud por haber encontrado este camino y tener un grupo de amigos con los que me siento a compartir el silencio. Lo único que se me ocurre para expresar este sentimiento es continuar caminando por el sendero. Continuar a pesar de las dificultades o gracias a ellas. Asir cada oportunidad de una práctica profunda e intensa cada vez que se presente. Sentarme en silencio, visitar maestros, conversar del dharma, hacer retiros, compartir.
He saboreado este camino a lo largo de más de la mitad de mi vida y he disfrutado cada instante de la práctica; los duros, los divertidos, los dolorosos, los cuestionadores, los irreverentes, los reveladores. He vivido momentos extraordinarios y he aprendido de numerosas personas. He compartido mis experiencias con innumerables personas con el placer de que la enseñanza se expanda y para que más seres encuentren un camino que es en sí mismo la liberación del sufrimiento y la paz del nirvana. Es maravilloso que cada vez se estén produciendo más espacios y momentos de Dharma: sesshines, charlas, ceremonias, grupos de estudio.
El próximo 23 de agosto viajo a Japón a visitar el templo Antaiji, junto con mi hermano en el dharma Shoryu Bradley y realizaré una sesshin al estilo de Uchiyama Rōshi durante cinco días, “sin juguetes,” a comienzo de septiembre. Visitaré al Abad Muho Noelke, con quien practiqué hace más de diez años, cuando él era sólo un monje. La vía ha seguido, gracias al empeño de personas como ellos, que han continuado en el camino, relevando a los que nos precedieron y nos guiaron, manteniendo la llama de la lámpara viva y transmitiéndola a las generaciones siguientes. Es la continuidad de la enseñanza del Buddha a través de linajes ininterrumpidos. Después de mi visita a Antaiji iré a Myōkōji, a visitar al Abad Yamamoto Rōshi, quien me abrió las puertas de su templo en marzo de este año. En total estaré cerca de un mes.
Debo agradecer a cada uno de ustedes por apoyar mi camino, por darme aliento a continuar y por la ayuda económica que muchos me han brindado. Ustedes son quienes me han dado valor para continuar en mis momentos difíciles. Quienes me han impulsado a seguir estudiando cuando mis respuestas incompletas no han logrado satisfacer sus dudas. Los que me han ayudado a renovar mis votos cuando me descubro insuficiente en mi deseo de ayudar a aliviar su sufrimiento.
El camino de la vida espiritual comienza pero nunca termina. Es difícil e incierto, pero he estado bien equipado para recorrerlo. Mi lámpara, mi brújula, mi mapa y mi refugio, los he encontrado en las enseñanzas de los maestros de la tradición y a ellos también mi profundo respeto y agradecimiento.
Que la rueda de la enseñanza siga girando para el bien de todos los seres.
En gassho,
Denshō
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Denshō Quintero
Sacerdote budista zen, Superior de la
Comunidad Soto Zen de Colombia
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Bogotá, Colombia
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